Anàlisis del video; ANOTHER BRICK IN THE WALL (Pink Floyd)

Another brick in the wall, Otro ladrillo en la pared, no es sólo un videoclip de un tema cualquiera de un grupo cualquiera de rock, no. Y al querer hacer un anáilisis teniendo como punto de partida el texto Producción de Sentido, personalmente, se me crea un malestar cognitivo. Al observar los tres videos del Another brick in the wall e intentar examinarlo desde conceptos y categorias de la filosofia de la cultura se encuentra uno con un simbolo viviente, como lo es el hombre y la mujer, en una aparente decadencia procreada por disimeles patologías propias de esta realidad y mentalidad modernas, en donde la escuela, maquinaria infertil pero productiva, comienza a tejer el simbolo vivivente, o no se si decir, muerto.
Pink, el personaje principal de la historia denunciada en la composición audiovisual, encarna la realidad de muchos de los seres humanos en esta sociedad industrial, una persona sumida en el individualismo que poco a poco comienza a morir en el acrecentamiento de su soledad, la carencia de una familia, el regimén escolar que castra sus posibilidades ante el futuro, la enajenación paulatina de este niño provoca que él comience a anteponer un muro ante el mundo, ante la realidad circundante, pero, ¿còmo afecta esto la sensación, la percepción, la movilidad y la gestualidad de Pinky y los demás niños?. No se trata de fórmular un diagnostico del estado psicologico de Pink, es más bien ver cómo la escuela occidental y hegemónica (como lo vemos en el 1er video) por medio del adistramiento, no educación, del cuerpo y de las mentes de niños y niñas intimida y mata la experiencia de la corporeidad con el mundo;
Cuando se pierde este contacto vital con la realidad y sobre todo su significado existencial, por funcionamiento defectuoso o maltrecho de la sensibilidad, el hombre cae en la dispersión, en el desfallecimiento y en la enfermedad. De hecho, la corporeidad del hombre se expresa sobretodo a través de la enegía vital o bioenegía del sentir (…) la sensibilidad es una energía vital; primaria y fecunda, que alimenta todo proceso cognoscitivo y afectivo; tal energía se especifica en las multiples tendencias sensitivas y racionales, que suelen llamarse facultades y apetitos (Babolin, 66).
Al ver pasar en el tren –emblema de progreso y máximo icono de la primera revolución industrial-, entre un vagon hermetico a la luz, al contacto, a niños y niñas que son conducidos a la gran manufactura del saber y de la reproduccion del orden social, estos seres humanos son cercenados de su presencia al mundo, esa sensibilidad tan primaria y fecunda es negada a ese futuro adulto, a ese futuro padre, a esa futura profesora. Solo se ve por entre aquellos vagones una manos que lloran, que claman el toque cálido de la impresión.

Apartir de este momento, la corporeidad ya no se carga de significado, se carga impositivamente de funcionalidad, de pragmatismo alienado y egoista. El muro desfasa los limites de la metáfora y se comienza a edificar allende de tal corporeidad sometida literalmente. Ya no se ven rostros reir, ya se no se ven muecas juguetonas, la intención interior de esos seres humanos ha sido desdeñada contundentemente, ahora esta materia prima de la cultura de la producción y el consumo, no tiene rostro, tienen mascaras. La exposición inevitable del rostro, la expresion, propia de cada cuaL, de la mirada a sido extinguida. Tampoco hay espera del otro, sencillamente no hay otro, ya no hay movimiento hacía sí y hacía los demás, pues la superación o erradicación de estos caracteres son fundamentales para el proceso de producción de obreros y burocratas del mañana, los ladrillos para construir los muros deben ser rigidos y uniformes, con la carne viva procesada se hacen las salchichas que acompañan el canapé diario del capitalismo tragaldabas.

Los niños y niñas marchan al compas del tictac del reloj, marchan no como movimiento pensado y si que menos comunicado, marchan disciplinados carentes de movimiento y gestualidad bajo las ordenes estrictas del maestro operario de la gran maquinaria, pues los tiempos de producción son imperativos e inherentes a la mentalidad y cotidianidad modernas. Aquí la única impresión –movimiento que va de lo externo a lo interno- viene del látigo, que sanciona públicamente los pretensiones poéticas del joven Pink y obviamente crea un estimulo no con una acción provocadora sino con una acción inhibidora.

…instituciones culturales que disciplinan los impulsos y las intenciones del individuo, según exigencias altamente selectivas, y, como tales, hacen cultura y pueden ser fácilmente destruidas (Babolin, 84).


En efecto, en el video se muestra la docilización de cuerpos, mentes y espíritus maleables, la disciplina de la escolarización es el método y mediatiza la presencia corpórea del hombre al mundo, por un momento el joven Pink se atreve a imaginar el momento en que todos se quitan, rechazan la mascara, la supuesta debilidad interior del hombre de gobernar los propios instintos se transmuta en fuerza capaz de aniquilar los imperativos y automatismos que las instituciones sociales imponen y la garantía de estabilidad y solidez de comportamientos adquiridos son desterrados por la anarquía descomunal y comunal de unos niñas y niñas; “No necesitamos educación”, aquí si hay impresión y expresión, movimiento y gestualidad en pro de la dignificación de la existencia humana, pero al final esta escena sólo es arte –el arte es creación verdadera de apariencias- Pink deja aun lado su utopía emancipadora y retoma su clase, “De nuevo. Un acre es el área de un rectángulo”

Por último el señor Pink consumido en las drogas y separado del mundo y de sí mismo por el muro, rechaza la existencia de su propia corporeidad.El simbolo deja de ser viviente.

Personamente no me considero floydiano, pero Pink Floyd no sólo aporta al mundo del arte, de la música con su experimentación de sonidos sino recrea y denuncia la realidad denigrante del ser humano, pruduce un arte activo y agresivo, la interpretación crítica de la realidad circundante porta un nuevo significado y es reconocido por todos -por lo menos por la comunidad rockera-.

Creo que la felicidad reside en algún lugar entre los extremos de lo personal, lo religioso y lo político. Creo que la felicidad reside ahí cuando comprendemos las necesidades y el punto de vista del otro. La felicidad reside allí donde no estamos perdidos en el sueño solitario. (Roger Waters)

La producción de sentido es necesaria para romper el muro.

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